Desde pequeños hemos oído hablar de la Atlántida, la famosa isla de la mitología griega que, tras un violento terremoto, se hundió para acabar bajo el mar.
A pesar de que el filósofo Platón describía esta isla tanto en tamaño como en ubicación a día de hoy no hay pruebas de que dicha ciudad existiera.
Sin embargo, nos sorprendería saber la cantidad de ciudades que hoy en día están debajo del mar porque en su momento no pudieron ganarle la batalla al agua.
DWARKA, INDIA
El mar, que había estado golpeando contra la orilla durante la eternidad, de repente rompió el límite que se le impuso por naturaleza. Se precipitó contra la ciudad. Corría por todas las calles y cubrió en pocos segundos nuestro hogar.
En cuestión de unos minutos todo había terminado. El mar se había vuelto ahora tan plácido como un lago. No había rastro de la hermosa ciudad, Dwarka era ya sólo un nombre, solo un recuerdo.
Éste es un pedazo extraído de los textos sánscritos del Mahabharata donde podemos leer a la perfección como lo que parece ser un enorme tsunami engulló por completo una antigua ciudad en la India. Este texto fue tratado como un mito hasta el año 2001.
A cuarenta kilómetros de la costa de Guyarat se hacía un descubrimiento impresionante. El hallazgo ocurrió en una parte del mar Arábigo, conocida como el golfo de Cambay. El Instituto Nacional de Tecnología Oceanográfica de la India obtuvo sorprendentes imágenes de sonar de las profundidades del golfo mientras escaneaba las aguas para determinar los niveles de contaminación.

Los buzos que se sumergieron en el golfo de Cambay recuperaron más de 2.000 artefactos que se encontraban a 36,5 metros de profundidad.
Entre estos objetos había piezas de cerámica, joyas, esculturas, huesos humanos y evidencias de materiales escritos. El sistema de datación de carbono reveló que los artefactos encontrados en el sitio eran increíblemente antiguos, situándolos en un rango de 8.500 a 9.500 años de edad.
Resulta que el mito o leyenda presente en los textos del Mahabharata no era un mito si no un hecho real. Recordemos que en estos textos también se habla de máquinas voladoras y guerras en las que utilizaban armamento muy avanzado equiparado con el nuclear.
PAVLOPETRI, GRECIA
Las ruinas de Pavlopetri se encuentran a una profundidad de tres o cuatro metros bajo el agua, a poca distancia de la costa de Laconia, en el Peloponeso y datan del 2800 a.C. como mínimo.
Las construcciones de está ciudad sumergida están intactas y se pueden distinguir claramente calles, patios y tumbas. Se desconoce cómo se sumergió.
Aunque ha sufrido erosión a lo largo de los siglos, el diseño de la ciudad es como era hace miles de años.

Los investigadores afirman que tanto el turismo como la industria están teniendo un impacto negativo sobre las ruinas; los turistas buscan objetos para llevarse de recuerdo, que pueden encontrarse en el área de buceo, y las embarcaciones causan daño ya que sus anclas se arrastran a lo largo del lecho marino.
CIUDAD DE LEON (SHI CHENG), CHINA
El gobierno chino necesitaba una planta hidroeléctrica para poder abastecer a algunas grandes ciudades como Shanghai y Hangzhou e hizo construir en 1957 un gran lago artificial llamado Lago Qiandao, en el área la que se iba a ubicar este lago había una ciudad, la cual necesito reubicar a toda prisa a sus casi 300.000 habitantes, casi sin que los dueños hubiesen podido sacar todas sus pertenencias la ciudad se cubrió con 18 km cúbicos de agua acabando sumergida a 40 metros de profundidad.
Hoy en día en este lugar ya no se produce energía y el embalse es conocido entre otras cosas por la calidad de sus aguas, con las que se produce agua mineral y cerveza.
En 2010, 53 años más tarde, un funcionario chino a cargo del turismo llamado Qiu Feng, decidió ir con un equipo de buzos a ver qué había pasado con la ciudad sumergida y quedaron asombrados al descubrir que ¡la ciudad completa se había conservado intacta!

La ciudad conserva auténticos tesoros arquitectónicos: vigas y escaleras de madera, las cinco puertas que dan acceso a la ciudad con sus respectivas torres y seis calles pavimentadas en piedra que comunican las torres entre sí, así como la muralla completa que rodeaba la ciudad. Sobre los muros encontraron inscripciones en chino que hacían referencia a las normas de conducta que debían seguir las mujeres en la China feudal.
ALEJANDRÍA, EGIPTO
Alejandría fue fundada por Alejandro Magno en el año 331 a.C., un año después de haber liberado Egipto de los persas. Esta metrópoli fue la capital de Egipto durante cerca de diez siglos. Fueron años de prosperidad en los que Alejandría no dejó de crecer, se embelleció con bibliotecas, palacios de mármol, grandes efigies…
En la década de los 90 el Consejo de Antigüedades y el Instituto Europeo de Antigüedades se embarcaron en un proyecto de investigación en la zona del Puerto del Este, donde se halló uno de los mayores yacimientos subacuáticos del mundo en el que se han encontrado auténticos tesoros arqueológicos.
La ciudad de Alejandría desapareció bajo el mar víctima de su propia grandeza, se hundió en el agua y fango porque el suelo no soportó el enorme peso de los suntuosos templos y edificios de aquél momento.

Las ciudades que se localizaban en esta región africana fueron víctimas del llamado fenómeno de licuefacción y los enormes y pesados templos y palacios provocaron que el suelo se abriera y se los tragara literalmente.
Los palacios y templos que han encontrado algunos científicos submarinistas en las oscuras y contaminadas aguas de la Bahía de Abukir son los más grandes que se construyeron nunca en Egipto. Eran obras colosales.
YONAGUNI, JAPÓN
En 1985, un aficionado al submarinismo japonés llamado Kihachirō Aratake inició una expedición frente a las islas Ryūkyū, al sur de Japón, cuando se topó con un descubrimiento sorprendente: a medida que descendía hasta el fondo, divisó una serie de grandes escalones en ángulo recto, perfectamente tallados, con un aspecto similar a las majestuosas pirámides mayas.
A día de hoy, no hay unanimidad entre la comunidad arqueológica de si el monumento Yonaguni se trata de una estructura natural o realmente hay detrás un trabajo artificial y humano.
A simple vista, parece que efectivamente fue construida por el hombre, pues este gran monumento de 50 metros de largo por 20 de ancho es uno de los sitios submarinos más inusuales del mundo que destaca por estar compuesto de escalones y paredes completamente rectas, lo que hace suponer que alguien lo edificó hace muchísimos años y luego fue tragado por el mar.

El megalito tiene una forma de pirámide rectangular y se cree que lleva ahí más de 10.000 años. Lo primero que se tiende a pensar es que pertenecía a la civilización Mu, la cual habitaba las islas niponas en el año 12.000 a. C., La teoría contrapuesta asegura que sus orígenes son completamente naturales, al guardar mucha semejanza con otras construcciones que también parecen ancestrales y artificiales, como la Calzada del Gigante de Irlanda del Norte, formada por una erupción volcánica hace millones de años.
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