Kawah Ijen, el volcán de lava azul

Los volcanes, esas colosales montañas que esconden el infierno en su interior y que han sido protagonistas de cientos de historias y desgracias, sólo hay que atender a lo que está pasando en La Palma estos días. Son el tipo de estructuras que nos conectan con lo salvaje de nuestro planeta, con lo más indomable de la naturaleza… Quizá por ello nos llamen tanto la atención…

De noche, en la oscuridad, el espectáculo de sus llamas azuladas es totalmente mágico, y son muchos los turistas que lo observan desde el mismísimo centro del cráter, sin embargo, lo de la ‘lava azul’ no es más que una licencia poética, ya que, realmente, ni siquiera es lava. 

Este volcán libera grandes cantidades de azufre que llegan a alcanzar temperaturas superiores a los 400 °C, este calor genera dióxido de azufre, y este es de tonos azulados, por eso los turistas lo confunden con lava de color azul.

Este volcán es muy particular, además de por su supuesta lava azul, porque posee el lago ácido y caliente más grande del mundo, con un radio de más de un kilómetro y alrededor de 100 metros de profundidad, cómo podéis ver son unas vistas épicas, este lugar es realmente único… Aunque también por algo muy triste, y es que en las cercanías del lago hay decenas de trabajadores recogiendo azufre en las peores condiciones laborales que podáis imaginar… 

El Kawah Ijen es uno de los pocos lugares en el mundo donde se desarrolla una actividad minera tan primitiva y peligrosa y es que aunque el volcán no ha erupcionado de forma importante desde 1936, en los últimos 40 años hasta 75 mineros han perdido la vida a consecuencia de las explosiones que liberan de forma súbita grandes nubes de azufre y llamaradas de hasta cinco metros de altura.

Víctor M.

Ciencia Historia y Naturaleza

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