PEJESAPO ESPINOSO
Este pez abisal puede encontrarse en el Atlántico Norte, Pacífico e Índico. Nunca sube a la superficie, como pueden hacer otras especies, sino que permanece toda su vida entre los 700 y los 3000 metros de profundidad.

Aunque por su aspecto monstruoso pueda ser protagonista de las peores películas de terror, su tamaño no supera los 25 cm. Tiene una boca enorme en comparación con su tamaño, lo que le permite capturar presas de gran tamaño y aprovechar así el poco alimento con el que se topa. Las espinas que le recubren son unos filamentos muy sensibles a las vibraciones y movimiento, necesitan este tipo de cosas para saber que se mueve a su alrededor debido a la escasa luz que hay en las profundidades…
DIABLO NEGRO
Este pez abisal habita profundidades de unos 4000 metros. Tiene igualmente un cuerpo poco hidrodinámico y la piel flácida, con una capacidad asombrosa de permanecer quietos entre dos aguas (otros peces se hundirían si dejaran de nadar). Esto evita que los detecten posibles depredadores.

Poseen un órgano bioluminoso en el extremo de un apéndice sobre la cabeza, eso que parece una linternita, que emplean para atraer a sus presas. Tienen un tamaño máximo de 20 cm. Las hembras son mucho mayores que los machos. De hecho, todas las ejemplares capturadas tenían uno o varios machos acoplados en los costados o incluso entre los ojos. Parasitan fusionando sus tejidos con los de la hembra y degenerándose hasta quedar totalmente fundidos con ellas.
PEZ VÍBORA
Habita en profundidades de hasta 4400 metros, y alcanzan un tamaño de unos 25 cm. Lo más destacable de esta especie, a parte del aspecto monstruoso, son sus enormes dientes que no le caben en la boca y que deben llevar fuera, a la altura de los ojos.

Es difícil que una presa escape a esta dentadura y ahí reside su ventaja Sin embargo, un fallo de cálculo en el tamaño de lo que se quiera comer puede provocar su muerte: ensartar un animal demasiado grande implica que no pueda ni zafarse de él ni tragárselo.
PEZ DRAGÓN
El Pez dragón no solo tiene unos dientes de tamaño considerable en proporción al resto de su cuerpo, sino que además posee una capacidad de abrir las mandíbulas comparable a la de las serpientes. Esto le permite tragarse presas de gran tamaño. Cuando el alimento es tan escaso, desaprovechar ciertas presas por ser demasiado grandes podría suponer la muerte de estos individuos.

Este pez abisal puede llegar a tener un tamaño de 32 cm y habita en profundidades de hasta 1500 metros.
CERATO ABISAL BLANCO
La diferencia de tamaño entre el macho y la hembra en estos peces abisales es muy pronunciado. Los machos son en este caso, de 15 a 30 veces menores que la hembra, y mucho más numerosos.

De ahí que su objetivo vital sea encontrar una hembra y parasitarla, convirtiéndose en meras bolsas de esperma que fertilizan a la hembra y perpetúan la especie. En la imagen se pueden observar al menos dos pequeños machos adosados al vientre de la hembra. El apéndice de la cabeza es un órgano bioluminiscente para atraer presas.
PEZ PELÍCANO
Es uno de los peces que puede habitar en las zonas más extremas, 8.000 metros de profundidad. El pez pelícano es un extraterrestre del mundo abisal. Emparentado con las anguilas, puede superar el metro de longitud. Pero el rasgo más sorprendente es su enorme boca, mucho más grande que su cuerpo y que puede adaptar para engullir presas más grandes que él.
